miércoles, 6 de octubre de 2010

ROSAS ACUÑADAS

“Si tienes dos monedas, gasta una para el pan. Con la otra, compra rosas para la alegría de tu espíritu”. (de un antiguo poema persa)

La rosa, símbolo de gentileza y fragilidad por excelencia, se encuentra en muchas monedas de varias épocas, desde la más remota antigüedad hasta los tiempos actuales.

Posiblemente elegida entre otras flores por su simbolismo, ya que sus pétalos están dispuestos elípticamente según una espiral perfecta que sugiere un movimiento de elevación, con contrastes entre la suavidad de los pétalos y la agresividad de sus fuertes espinas.

La rosa, además, forma parte de muchos escudos de armas nobiliarios, antiguamente, cuando las familias ducales y principescas tenían derecho a acuñar monedas, los grabadores que convertían el oro en “florines” o “escudos”, escogían para una de las caras de las monedas el símbolo floral del escudo de armas de la casa a la que servían.

Entre las monedas con rosas grabadas se encontraban las monedas de: Rodas, con una corola abierta al dorso. (A la derecha dracma y hemidracma de Rodas, con rosas abiertas en una de sus caras)

Las dracmas de Iberia y de los Pirineos, de Licia y del Ródano, que llevaban también una rosa con espinas.

Las monedas de plata de la familia Cassia, con una rosa muy esférica y una moneda del legendario Antíoco VIII estaba decorada con un tallo, una corola y dos capullos.

También existían rosas en las mondedas de Cirene, de Antissa, de Beocia, de Nápoles, de la Isla de Lesbos y de Nagidos.

En épocas más recientes podemos ver una moneda inglesa que recuerda y sintetiza la rivalidad entre la casa de Yord y la casa de Lancaster, moneda que se convirtió en una especie de talismán que se creía preservaba de los peligros de la navegación. (A la izquierda un Shilling)

Hay más ejemplos, pero para terminar recordar los escudos hugonotes de 1665 que llevaban en una cara una rosa y en la otra un águila imperial, los osellos de Venecia y los duettos de Toscana.

Emblemas de nobleza

Además de su importancia en el mundo numismático, el Gotha (almanaque alemán genealógico) hace muchas referencias a las rosas por su uso en escudos y emblemas nobiliarios, como el emblema de los D’Estaing, con este lema: “Todo por nosotros y por ella”

Los Condes de Boston tienen el lema en su escudo:”El capullo vale la rosa”;

Los de Rozieres: “Las rosas tienen las espinas”; los de Roselly de Lorgnes: “Rosa del cielo heriste mi corazón”.

En cuanto a escudos de armas, entre otros, tenemos rosas en los de Uetendorf, comuna suiza del cantón de Berna, en que aparece una banda de tres rosas rojas; así como en el de Montreal, provincia de Québec (Canadá) en que aparece una rosa de lancanster, por la etnia de origen inglés que conquistó la ciudad, junto a otros símbolos, como la flor de lis, un cardo y un trebol.

Enrique VIII puso el nombre de su hermana más querida, María, y el del emblema de la dinastía Tudor, la rosa, a su nave favorita, el “Mary Rose”. (Abajo el Mary Rose pintado por Anthony Roll)

También ha sido entre muchas flores, la rosa, escogida por asociaciones de carácter internacional como los francmasones, que se adornan con una rosa blanca, indicando el valor del silencio y del secreto, o los Rosacruces, que también se identifican con una bella rosa.

La rosa, flor elegida por tantos y para tantas cosas, por su misterio, por su aspecto bello y romántico y por la sensación de verdad intemporal que transmite.

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