lunes, 1 de noviembre de 2010

OTOÑO

“Cielo desde un navío, campo desde la colina, tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma. Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos. Hojas secas de otoño giraban en tu alma” (Pablo Neruda – “Te recuerdo como eras”)

Olvidamos los brillantes colores de la primavera, los largos días del verano, el ánimo y energía que sentimos al calentarnos el sol, pero no renunciamos a dar largos paseos, en esta temporada de otoño, llena de pensamientos, muchas veces melancólicos, pero también llenos de sueños y proyectos para una próxima primavera.

Sin embargo los colores dulces y anaranjados de sus atardeceres llenan de magia el ambiente y dan a la estación sus propios atractivos, como las hojas que transforman los árboles en eso que los poetas americanos llaman “verano indio” y los pintores han reproducido en tantos cuadros.

¿Por qué no acudir a las hojas de distinta tonalidad que se desprenden de los árboles, como adornos de la casa, en lugar de a ramos de flores?

Floreros de hojas

La conservación del follaje es muy sencilla, si bien hay hojas más aconsejables que otras para este fin, las más adecuadas son las hojas de:

El árbol de la niebla, la aucuba, la camelia, el castaño, la hiedra, la haya, el laurel, el liquidámbar, la magnolia, la mahonia, el níspero del Japón, el avellano de hojas rojas, el plátano, la encina, la robinia, el zumaque, la sorbaria, el serbal y la vid de Canadá.

El mejor momento para recoger las hojas para conservarlas es entre finales de octubre y noviembre, cuando sus colores son más intensos.

RECETA

En el bosque o en la montaña buscaremos ramas poco leñosas y no muy largas (unos 20 centímetros) que tengan todavía hojas adheridas, elegidas las ramas, se lavan bien y se secan con cuidado.

Se sumergen ya sin nada de polvo, en una solución compuesta de 2 partes de agua muy caliente y una parte de glicerina (se compra en droguerías).

La solución se hace en un recipiente esmaltado que sea apropiado para sumergir las ramas, la solución debe impregnar cada parte de las células que forman la estructura de los tejidos vegetales, así los colores otoñales quedarán definidos y perdurarán tomando un aspecto brillante.

Cuando la solución ha sido absorbida se pueden utilizar las ramas para hacer bonitos centros decorativos.

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