miércoles, 5 de enero de 2011

LA FLOR DE ENERO: EL ELÉBORO

“..Átalo, llamado Filométor, cultivaba hierbas venenosas, no sólo el beleño y el eléboro, sino también la cicuta, el acónito y el doriemo, sembrándolos o plantándolos en los jardines reales, y poniendo cuidado en conocer sus jugos y sus frutos, y cogerlos cuando era tiempo. Los reyes de los Partos hacían vanidad de su destreza en sacar y aguzar las puntas de los dardos…” (Plutarco, “Vidas Parelalelas”).

Hay una leyenda sobre la prematura muerte de Alejandro Magno que habla de una posible traición y envenenamiento del dirigente, de haber sido así, según los estudios más recientes, su intoxicación se habría debido a la ingestión de eléboro, que era utilizado para curar en aquella época, pero según que dosis es mortal de necesidad.

En el lenguaje de las flores, el eléboro es símbolo de “locura de amor”, en la antigüedad su jugo era empleado para curar las perturbaciones mentales, también se utilizaba para las enfermedades cutáneas, pulmonía, reumatismos e hipocondría, seguro que con escasos resultados, ya que sus esencias son venenosas para el hombre.

También es considerado símbolo de pureza y se conoce con el nombre de “Flor de Santa Inés”.

Su nombre científico es “Helleborus” del griego “elleros” que significa malo, y “boros”, que significa alimento, “alimento que hace morir”, ya que su jugo contiene un veneno que provoca el colapso y la muerte por ataque cardiaco.

Hoy su empleo casi ha desaparecido.

Pertenece a la familia de las “ranunculáceas”, su origen esta en Europa meridional y Asia occidental, su floración es invernal, la plantación se realiza al acabar el invierno enterrando la planta, en terrenos ricos en humedad, la planta necesita ser alimentada de manera abundante, sus hojas son muy decorativas.

Las especies más hermosas son:

Helleborus orientales, con flores verduzcas y luego de color blanco-crema

Helleborus Níger o “Rosa de Navidad”, con corolas de color blanco o rosáceo

Helleborus viridis, una de las pocas plantas que tiene corolas de color verde vivo muy decorativas.

Helleborus foetidus o hierba de ballesteros porque se usaba como veneno para emponzoñar las puntas de los dardos y ballestas.

RECETAS IMPRACTICABLES

En un librito del siglo V d.C. nos encontramos una antigua receta de vino purgante elaborada con eléboro, que indica lo siguiente: “tritura raíces de eléboro negro, limpia alrededor las raíces de la vid, recúbrelas con el eléboro triturado y plántalas así (se pensaba que las raíces recogían los olores y esencias de las plantas sembradas a su alrededor, una idea muy actual en estos tiempos).

También Dioscórides, en el libro “Dioscórides, sobre los remedios medicionales”, menciona el vino de eléboro que se elabora con 12 dracmas (51,7 gramos) de eléboro negro majado, envuelto en un trozo de lienzo y puestos a hervir en un “congio” (3,27 litros) de mosto mezclado con agua marina, una vez realizada la cocción se filtra y se pone en redoma, sirviendo para purgar diversos humores por vómito, para utilizar como colirio y para estornudar.

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