jueves, 10 de febrero de 2011

LA FLOR DE FEBRERO: LA MIMOSA

“Harás un Arca de madera de acacia, de dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho y otro codo y medio de alto” (Biblia Éxodo 25:10)
“Hice, pues, un arca de madera de acacia, labré dos tablas de piedra como las primeras y subí al cerro llevándolas” (Biblia Deuteronomio 10:3).

En la Biblia se menciona en varias ocasiones a la acacia o mimosa, su madera parece que era muy apreciada entre otras causas por su dureza y su resistencia a la putrefacción por lo que es la madera utilizada en numerosos sarcófagos de Egipto.

En Italia, en la fiesta de San Valentín, los hombres ofrecen a sus novias un ramo de mimosas en flor, símbolo de juventud y de belleza.

En el lenguaje de las flores, la mimosa, también conocida como ACACIA, equivale a rubor y discreción, tal vez por sus hojas que se cierran sobre sí mismas si se tocan, se le atribuyen símbolos de amor y felicidad.

El nombre científico de mimosa deriva del vocablo latino “mimos” refiriéndose a la conducta de sus hojas que al cerrarse al ser tocadas, sobre todo con temperaturas superiores a 20º, o sea, a pleno día, simulan una planta carente de vida para mantenerse indemnes a pesar de los animales que pastan a su alrededor, para los que aparece como una planta mustia gracias a su facultad de arrugar las hojas.

El origen del término acacia es incierto, parece derivar del griego “akanza”, el primero que uso este término para designar la planta fue Dioscórides, y más tarde Plinio el Viejo en su historia natural.

Dioscórides dice de la planta que de ella se extrae la goma arábiga y que tiene virtudes para combatir dolencias de los ojos, herpes, sabañones y úlceras de la boca, también sirve para ennegrecer los cabellos y sobre todo aplicada como ungüento y mezclada con huevo impide que las quemaduras se cubran de ampollas.

La Mimosa, pertenece a la familia de las mimosáceas, su origen está en diversas partes del mundo con clima suave, costas de Asia, África, Australia, América tropical y Argentina, su floración es primaveral o estival.

Se debe plantar en primavera a pleno sol en terreno muy permeable, puede cultivarse también en jardineras o grandes tiestos, en invierno deben resguardarse.

No requieren muchos cuidados, se resienten con la fuerza del viento, por ello es bueno plantarlas al amparo de setos o arbustos.

Las especies más decorativas son:

La mimosa pudica, de casi un metro y medio de altura, perenne, con flores de color rosa y hojas muy sensibles.

Mimosa Spegazzinii, arbusto de hojas caducas con flores de color rosa-púrpura.

Mimosa sensitiva, planta trepadora, espinosa y con flores de color púrpura.

Mimosa rubiculis, arbolito de largas espinas decorativas y flores rojas que se vuelven pálidas gradualmente durante la floración.

Mimosa dealbata, de flores amarillo vivo, perfumadas, que aparecen a primeros de febrero.

Mimosa tenuiflora, árbol que crece en Méjico, según la tradición Maya el polvo de su corteza, que se llama “Tepzecohuite”, tiene propiedades mágicas y sirve para cicatrizar las heridas de hombres y animales. Aplicada la mimosa en heridas de quemaduras tiene efecto analgésico y hace que cicatricen las heridas devolviendo la pigmentación a la piel.

ADORNO FLORAL

La acacia o mimosa durante su floración presenta una particular belleza con una cascada de racimos amarillos, para prolongar la vida de las flores cortadas, antes de poner los ramos en jarrones, hay que acortarlos y pasar ligeramente la llama de una vela sobre la parte terminal de los ramos para impedir que escape el humor lechoso del que están empapados los tejidos que impide la subida del agua a las corolas.

La mimosa o acacia no se usa solo con fines decorativos, algunas especies se utilizan para obtener madera de goma arábiga, tanino y esencias.

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